La intención de este Blog es que todos conozcamos los derechos de la Infancia, así como también los deberes,y de esta manera poder asumir nuestro compromiso de promoverlos y difundirlos para poder mejorar la convivencia en la sociedad en la que vivimos
viernes, 30 de agosto de 2013
domingo, 18 de agosto de 2013
MALALA, UNA NIÑA VALIENTE
Malala es una nena pakistaní, defensora del derecho básico a la
educación.
HABÍA UNA VEZ ...
LAS
ALFOMBRAS VOLADORAS
Esta es la
historia de un niño que se llamaba Iqbal.
Iqbal vivía en un
pueblecito de Paquistán, un país que está al lado de la India, en Asia.
Ya de muy pequeño,
Iqbal soñaba con las aventuras de Aladino, y en las de todos aquellos
personajes de los cuentos que sabían volar en las alfombras voladoras.
En el pueblo donde
vivía Iqbal las alfombras tenían mucha importancia, ya que mucha gente
trabajaba en una fábrica de alfombras que había allí.
A veces Iqbal se
aproximaba y, desde el exterior, se extasiaba mirando la lana coloreada acabada
de teñir cuando la tendían al sol. Y cuando contemplaba las alfombras ya
terminadas, soñaba que vivía aventuras fantásticas montado en una alfombra voladora. Iqbal era
muy pequeño y tenía una gran fantasía.
Los padres de
Iqbal eran muy pobres. Un día, su madre le dijo que era necesario que fuera a
trabajar a la fábrica de alfombras, porque su padre debía dinero al amo de la fábrica
y no se lo podía devolver.
Iqbal veía a su
padre y a su madre muy tristes, y él estaba desconcertado. No entendía su tristeza,
porque pensaba que era una suerte poder ir a la fábrica y hacer el mismo
aquellas alfombras tan maravillosas.
Al cabo de unos
días, el amo de la fábrica lo fue a buscar. Entonces, Iqbal, viendo la profunda
tristeza de sus padres, tuvo un mal presentimiento, y el miedo y la angustia se
apoderaron de el. Pero, tragándose las lágrimas, tuvo que despedirse de sus
padres y partir para la fábrica.
Cuando llegó, el
amo le mando entrar en una nave, poco iluminada y mal ventilada, en la cual muchos
otros niños trabajaban sin descanso tejiendo alfombras.
A partir de
entonces, Iqbal apenas vio el sol. Era un niño, pero todos los días se los
pasaba enteros tejiendo alfombras,
moviendo sus pequeños dedos tan rápidamente como podía, porque si no se
apresuraba el amo se enfadaba. Pero, a pesar de todo, Iqbal aún soñaba, y
es que sus sueños
se habían convertido en lo único agradable en su vida. Soñaba despierto mientras
trabajaba; soñaba que un día, montado en una alfombra, se escaparía de la fábrica,
y con sus padres viajaría a lugares lejanos y maravillosos.
Pero al amo todo
esto no le gustaba nada. Decía que mientras Iqbal soñaba despierto los dedos se
le dormían, y que si los dedos no trabajaban con ligereza tardaba más en hacer
las alfombras. Cuando Iqbal o sus compañeros se distraían, el amo los castigaba
severamente; quería que Iqbal y el resto de los niños hicieran muchas
alfombras, ya que cuantas más hacían más dinero ganaba él.
Para Iqbal cada
día eran más insoportables el amo y la fábrica. Y un día se escapó, completamente
decidido a no volver jamás.
Pero Iqbal no
olvidaba que había muchos niños que continuaban trabajando en la fábrica de alfombras.
Él entonces sólo tenía 12 años, pero empezó a moverse, a protestar y a proclamar
por todas partes que era una vergüenza que los amos de las fábricas de alfombras
hicieran trabajar a los niños de aquella forma.
Iqbal, además, se
enteró de que, a pesar de que estaba prohibido, en su país era un hecho
generalizado el trabajo infantil en las fábricas de alfombras. Las leyes del
país no lo permitían, y menos aún en aquellas condiciones tan duras.
Mientras, otros
niños, viendo su ejemplo, también empezaron a protestar... e Iqbal volvió a
soñar de nuevo, pero esta vez las alfombras de sus sueños diseminaban por todo
el país las denuncias y las quejas contra los amos de las fábricas de alfombras
Los amos se
enfadaron mucho. Para ellos era normal el trabajo infantil, les salía muy
barato. O gratis, como en el caso de Iqbal y de los niños que trabajaban para pagar
las deudas de sus familias.
¡Y ahora Iqbal lo
quería impedir! ¡Y encima animaba a los otros niños a protestar! ¡Sí, Iqbal estaba
a punto de conseguir que el gobierno del país se viera obligado a hacer cumplir
las leyes que impedían el trabajo infantil!
El final de esta
historia es muy triste: Era un ida de fiesta. Iqbal montó en su bicicleta y se
fue al río, a encontrarse con sus amigos. Pero no llegó nunca... porque una
bala asesina tiñó de sangre sus alfombras voladoras.
PARA REFLEXIONAR...
NIÑOS INVISIBLES
Los niños que se
dedican al servicio doméstico son tal vez los más explotados y más vulnerables.
Se estima que son millones en África, Asia y América Latina.
En su inmensa
mayoría, los menores que trabajan en servicio doméstico son niñas, a menudo
preadolescentes, que viven en casa de sus empleadores y
dependen totalmente de estos. En algunos lugares está aumentando el
número de niños que trabajan en el servicio doméstico como resultado de la
situación cada vez más desesperada en que los ha precipitado la miseria y la
poca disposición de las mujeres adultas a efectuar ese tipo de tareas en
condiciones tan desventajosas.
En algunos casos
los empleadores son parientes o personas conocidas, en cuyos casos los padres,
empobrecidos, han colocado a sus hijos creyendo que la familia que los emplea
se encargará de mantenerlos y educarlos a cambio de su trabajo.
En otros casos se
contrata al niño por un salario cuya totalidad o casi totalidad se entrega a
los padres. También hay casos en que los padres venden a sus hijos por una suma
de dinero, convirtiéndolos en siervos.
Cuando esta
transacción no se efectúa directamente con el empleador sino a través de un
intermediario, el contacto entre los padres y el hijo puede romperse para
siempre. De tal modo, algunos niños son vendidos contra su voluntad y se les
obliga a prostituirse.
Es muy probable
que los empleadores traten bien a muchos de los niños que realizan labores
domésticas, pero de todos modos esos menores están a su merced. En general, su
horario de trabajo es muy prolongado y
no disfrutan de un día fijo de descanso. Pese que en su mayoría trabajen para personas relativamente pudientes, muchos de
ellos no se alimentan bien. No tienen derecho a compartir la comida de la
familia aunque ellos mismos la preparen y no disponen de una habitación, ni de
una cama, por o que suelen dormir en el suelo de la cocina.
Se piensa que a
menudo son víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros de la familia
empleadora y que también sufren malos tratos y atentados contra su integridad
física.
Además, no es
frecuente que a los niños en edad escolar se les permita asistir regularmente a
la escuela. Son numerosos los factores que contribuyen a que estos jóvenes
sirvientes particularmente vulnerables y estén expuestos a graves riesgos a
saber: la edad; el sexo; el hecho de permanecer invisibles, la dependencia
total frente al empleador y a menudo su ignorancia del mundo más allá del
umbral de la casa en que viven.
De: “Todavía queda mucho po hacer. El trabajo de los niños en
el mundo de hoy” Organización Internacional del Trabajo.
Ginebra 1999
Carta
de un hijo a sus padres separados
Carta
de un hijo a sus padres separados
No traten de disipar mi dolor con grandes regalos y diversiones. Me duele el
corazón y éste no sana con risas sino con caricias.
Todo lo que necesito es la garantía de que, aunque estén separados, ninguno de
los dos me abandonará.
Díganme con palabras y actitudes que
puedo seguir amándolos a los dos y ayúdenme a mantener una relación estrecha
con ambos. Después de todo, fueron ustedes quienes se escogieron mutuamente
como mis padres.
No me pongan de testigo, de árbitro ni de mensajero en sus peleas y conflictos.
Me siento utilizado y responsabilizado por arreglar un problema que no es mío.
Tengan en cuenta que todo lo que hagan para perjudicarse mutuamente, quiéranlo
o no, en primer lugar me lastimará personalmente a mí.
No se critiquen ni se menosprecien delante de mí, así todo lo que digan sea la
verdad. Entiendan que por malos que hayan sido como esposos, son mis padres y
por lo tanto yo necesito verlos a ambos como lo máximo.
No peleen a ver cuál se queda conmigo, porque no soy de ninguno, pero los
necesito a los dos. Recuerden que estar conmigo es un derecho, no un privilegio
que tienen ambos y que tengo yo.
No me pongan en situaciones en que tenga que escoger con quién irme, ni de qué
lado estoy. Para mi es una tortura porque siento que si elijo a uno le estoy
faltando al otro, y yo los quiero y los necesito a los dos.
Díganme que no tengo la culpa de su separación, que ha sido su decisión y que
yo nada tengo que ver.
Aunque para ustedes esto sea obvio, yo me culpo porque necesito conservar su
imagen intacta, y por lo tanto, el único que puede haber fallado debo ser yo.
Entiendan que cuando llego furioso después de estar con mi padre/madre, no es
porque él/ella me envenene sino que estoy triste y tengo rabia con ambos porque
ya no puedo vivir permanentemente con los dos.
Nunca me incumplan una cita o una visita que hayan prometido. No tienen idea de
la ilusión con la que espero su llegada, ni el dolor tan grande que me causa
ver nuevamente que han fallado.
Denme permiso de querer a la nueva pareja de mi padre/madre. Aunque en el fondo
del alma me duele aceptarla, yo quiero ganármela para no perder al padre/madre
que pienso que me dejó por ella.
No me pidan que sirva de espía ni que les cuente cómo vive o qué hago con mi
otro padre. Me siento desleal para con él, y no quiero ser un soplón.
No me utilicen como instrumento de su venganza, contándome todo lo
"malo" que fue mi padre/madre. Lo único que con seguridad lograrán es
que me llene de resentimiento contra quien trata de deteriorarme una imagen que
necesito mantener muy en alto.
Asegúrense que comprendo que aunque su relación matrimonial haya terminado,
nuestra relación es diferente y siempre seguirá vigente.
Recuerden que aunque la separación pueda constituir para ustedes una
oportunidad para terminar con un matrimonio desdichado o para establecer una
nueva relación, para mí constituye la pérdida de la única oportunidad que tengo
para criarme al lado de las personas que más amo y necesito: mi papá y mi mamá.
Recuerden que lo mejor que pueden hacer por mí -ahora que ya no se aman- es
respetarse mutuamente.
jueves, 1 de agosto de 2013
EL RINCÓN DE LA POESÍA
Los chicos les
pedimos
UN GRAN FAVOR
Los chicos
necesitamos
para crecer
mejor
todos los días
del año
gran cantidad
de amor.
Que respeten
los derechos
de protección
al menor.
Los chicos van
primero
en salud y
educación.
Los chicos
necesitamos
un poco más de
atención,
Muchísima paciencia,
sobre todo
comprensión.
Queremos que
los adultos
tengan tiempo de escuchar.
Queremos buenos
ejemplos
Para poder
imitar.
Ahora
necesitamos
libertad para
jugar
tener fe en el
futuro,
crecer, creer y
soñar.
Silvia Zurdo
ESTOS SON NUESTROS
DERECHOS
Los derechos de la infancia
no se escriben en la arena
porque se los lleva el agua
cuando sube la marea.
no se escriben en la arena
porque se los lleva el agua
cuando sube la marea.
Que no se olviden en libros
cerrados por mucho tiempo.
Que no se digan al aire
porque los arrastra el viento.
cerrados por mucho tiempo.
Que no se digan al aire
porque los arrastra el viento.
En todos los corazones
que queden siempre grabados,
éstos son nuestros derechos,
nunca deben olvidarlos.
que queden siempre grabados,
éstos son nuestros derechos,
nunca deben olvidarlos.
El derecho a la igualdad
y a tener identidad,
a sentirse protegido
y a vivir en bienestar.
y a tener identidad,
a sentirse protegido
y a vivir en bienestar.
Que tenga el que necesite
una especial atención
y que no falte el respeto,
el amor, la comprensión.
una especial atención
y que no falte el respeto,
el amor, la comprensión.
Que estén siempre aseguradas
la salud, la educación.
Que seamos los primeros
si hace falta protección.
la salud, la educación.
Que seamos los primeros
si hace falta protección.
Ni los niños ni las niñas
deben ir a trabajar
y lo que más precisamos
es poder vivir en paz.
¿Quién le puso nombre a la Luna?
(Menos mal que a mí me puso el nombre mi mamá.)
deben ir a trabajar
y lo que más precisamos
es poder vivir en paz.
¿Quién le puso nombre a la Luna?
¿Quién le
puso nombre a la Luna?
¿Habrá sido la laguna, que de tanto verla por la noche decidió llamarla Luna?
¿Quién le puso nombre al elefante? ¿Habrá sido el vigilante, un día que se paseaba muy campante?
¿Quién le puso el nombre a las rosas? ¿Quién le pone nombre a las cosas?
Yo lo pienso todos los días. ¿Habrá sido un señor que se llama Ponenombres que saca los nombres de la nombrería?
¿O la arena sola decidió llamarse arena y el mar solo
decidió llamarse mar? ¿Cómo será?
¿Habrá sido la laguna, que de tanto verla por la noche decidió llamarla Luna?
¿Quién le puso nombre al elefante? ¿Habrá sido el vigilante, un día que se paseaba muy campante?
¿Quién le puso el nombre a las rosas? ¿Quién le pone nombre a las cosas?
Yo lo pienso todos los días. ¿Habrá sido un señor que se llama Ponenombres que saca los nombres de la nombrería?
¿O la arena sola decidió llamarse arena y el mar solo
decidió llamarse mar? ¿Cómo será?
(Menos mal que a mí me puso el nombre mi mamá.)
Autora: Mirta Goldberg
TELEFONO DEL NIÑO
Línea 102
Se
crea en Concordia el 4 de septiembre del año 2000.
Es un servicio anónimo y gratuito que se puede usar desde cualquier teléfono público, privado, celular, sin monedas, tarjeta y/o créditos.
Te podes comunicar los días hábiles de 7:00 Hs. a 19:00 Hs. fuera de ese horario podes dejar tu mensaje en el contestador.
Tiene como objetivo la difusión, asesoramiento y prevención de
la vulnerabilidad de los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes, desde su
nacimiento hasta los 18 años, consagrados en la Convención Internacional de los
Derechos del Niño.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)